Sus palabras, impregnadas de afecto, resonaron con fuerza en el corazón de todos los presentes. Con esa calidez que le caracteriza, rindió homenaje a nuestra entidad, reconociendo su trayectoria, su labor constante y su espíritu acogedor.
Pero no faltó en su discurso un guiño valiente, un matiz de saludable rebeldía, al afirmar, con convicción y orgullo, que la Agrupación Literaria Amigos de la Poesía, es en cierto modo, la madre de todas las demás asociaciones poéticas.
Una afirmación que no busca superioridad, sino reconocer el origen, la raíz desde la cual brotaron muchas otras asociaciones culturales, que encontraron en nuestra casa un ejemplo, una inspiración o, incluso, un primer impulso y encuentro con la poesía.
Su intervención no solo honró el presente de nuestra Agrupación, sino que también evocó con gratitud su historia y su papel fundamental en el tejido poético de nuestra ciudad. Unas palabras que, sin duda, permanecerán con nosotros como testimonio de afecto y reconocimiento.
Muchas gracias, D. Luis Hernández!
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